El secreto de amar a Dios con todo tu ser

¿Qué quieres que te haga?

Hay una historia en la Biblia que me fascina y que quiero compartir contigo. Se encuentra en el libro de Números, capítulo 14, versículo 28. Dice así:

“Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros.”

¿Te das cuenta de lo que significa esto? Significa que Dios, el creador de todo lo que existe, te está diciendo que hará contigo lo que tú le has dicho con tus palabras. No lo que le has pedido, sino lo que le has dicho.

¿Y qué le has dicho tú a Dios con tus palabras? ¿Le has dicho que eres feliz, exitoso, abundante, amado? ¿O le has dicho que eres infeliz, fracasado, pobre, solo?

Tus palabras son poderosas, porque son el reflejo de tus pensamientos y sentimientos. Y tus pensamientos y sentimientos son los que crean tu realidad. Por eso, lo que dices es lo que obtienes.

Pero no solo se trata de lo que dices en voz alta. También se trata de lo que te dices a ti mismo en tu mente. De lo que te repites una y otra vez. De lo que te convences de que es verdad.

¿Te dices a ti mismo que eres capaz, inteligente, valioso? ¿O te dices a ti mismo que eres incapaz, tonto, insignificante?

¿Te dices a ti mismo que mereces lo mejor, que puedes lograr tus sueños, que tienes un propósito? ¿O te dices a ti mismo que no mereces nada, que no puedes alcanzar nada, que no tienes sentido?

¿Te dices a ti mismo que eres un hijo de Dios, hecho a su imagen y semejanza, dotado de su poder y gloria? ¿O te dices a ti mismo que eres un simple mortal, sujeto a las limitaciones y sufrimientos del mundo?

Lo que te dices a ti mismo es lo que Dios escucha. Y lo que Dios escucha es lo que Dios hace.

Así que hoy te invito a revisar tus palabras. A cambiarlas si es necesario. A alinearlas con lo que realmente quieres. A hablar como si ya tuvieras lo que deseas. A afirmar tu identidad divina. A declarar tu victoria.

Porque Dios te está preguntando: ¿Qué quieres que te haga?

Y tú tienes la respuesta.

Comentarios