El secreto de amar a Dios con todo tu ser

Tú eres la imagen y semejanza de Dios

¿Te has preguntado alguna vez qué significa ser creado a imagen y semejanza de Dios? ¿Qué implica tener ese poder y esa responsabilidad? ¿Qué puedes hacer con ese don divino que te ha sido otorgado?

La Biblia nos dice que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza. Eso significa que tú tienes la misma naturaleza que Dios, la misma esencia, la misma capacidad de crear y manifestar tu realidad. Tú eres un ser espiritual que vive en un cuerpo físico, pero tu verdadera identidad es divina.

Dios te ha dado el dominio sobre toda la creación. Eso significa que tú tienes el poder de influir en todo lo que te rodea, de bendecir o maldecir, de dar vida o muerte, de prosperar o fracasar. Tú eres el señor de tu destino, el capitán de tu alma.

Dios te ha bendecido y te ha dicho: Fructifica y multiplícate; llena la tierra y sométela. Eso significa que tú tienes el propósito de expresar tu potencial divino, de expandir tu conciencia, de compartir tu amor y tu sabiduría. Tú eres el canal por el cual Dios se manifiesta en el mundo.

Dios te ha dado toda planta que da semilla y todo árbol que da fruto como alimento. Eso significa que tú tienes todo lo que necesitas para vivir en abundancia, para disfrutar de la belleza y la variedad de la naturaleza, para nutrir tu cuerpo y tu espíritu. Tú eres el heredero de todas las riquezas del universo.

Dios vio todo lo que había hecho y consideró que era muy bueno. Eso significa que tú eres una obra maestra de Dios, una expresión perfecta de su amor y su inteligencia. Tú eres digno de admiración y respeto, de alegría y gratitud.

Tú eres la imagen y semejanza de Dios. Recuerda siempre quién eres y qué puedes hacer. Vive desde tu identidad divina y crea la realidad que deseas. Tú tienes el poder de Dios en ti.

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