El secreto de amar a Dios con todo tu ser

¿Sabes lo que significa Betel? Descubre el secreto de este lugar sagrado y cómo puede cambiar tu vida.

¿Alguna vez has sentido que tu vida está estancada, que no avanzas hacia tus sueños, que te falta algo? ¿Te gustaría experimentar una transformación radical, una renovación de tu ser, una conexión con lo divino? Si es así, sigue leyendo, porque te voy a revelar el secreto de Betel, el lugar donde Jacob se encontró con Dios y recibió su bendición.

Betel significa “casa de Dios” en hebreo. Es el nombre que Jacob le dio al lugar donde tuvo una visión de una escalera que unía el cielo y la tierra, y donde escuchó la voz de Dios que le prometía prosperidad, descendencia y protección. Jacob quedó tan impresionado por esta experiencia que erigió una piedra como monumento y la ungió con aceite, diciendo: “Este lugar es la casa de Dios y la puerta del cielo”.

Pero Betel no es solo un lugar físico. Es también un estado de conciencia, una actitud mental, una forma de vivir. Betel es el lugar donde reconoces tu verdadera identidad como hijo de Dios, donde sientes su presencia en tu interior, donde aceptas sus promesas como tuyas y las haces realidad en tu mundo.

¿Cómo puedes llegar a Betel? ¿Cómo puedes despertar ese poder creativo que hay en ti? ¿Cómo puedes manifestar tus deseos más profundos? La respuesta está en el capítulo 35 del libro del Génesis, donde se narra el regreso de Jacob a Betel después de muchos años de vivir en Harán.

Jacob había huido de su casa por temor a su hermano Esaú, a quien había engañado para quitarle la bendición de su padre Isaac. En Harán, trabajó para su tío Labán, se casó con sus hijas Lea y Raquel, y tuvo doce hijos. Pero también sufrió engaños, injusticias y conflictos. Su vida estaba llena de problemas y dificultades.

Un día, Dios le dijo a Jacob: “Levántate y sube a Betel, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú”. Jacob obedeció la orden divina, pero antes hizo algo muy importante: limpió su casa. Literalmente y figuradamente.

Jacob le dijo a su familia y a todos los que estaban con él: “Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos”. Jacob sabía que para entrar en Betel tenía que deshacerse de todo lo que le impedía ver a Dios en su vida. Tenía que renunciar a los ídolos falsos que le habían hecho perder el rumbo. Tenía que purificarse de las creencias negativas que le habían causado sufrimiento. Tenía que cambiar su forma de pensar y de sentir.

Y así lo hizo. Jacob enterró todos los dioses ajenos debajo de una encina junto a Siquem. Luego se puso en camino hacia Betel con toda su familia. En el camino, Dios le protegió de sus enemigos y le acompañó con su ángel. Cuando llegó a Betel, Jacob edificó un altar y llamó al lugar El-betel, porque allí Dios se le había manifestado.

Y ocurrió algo maravilloso. Dios se le apareció otra vez a Jacob y le dijo: “Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre”. Y le bendijo diciéndole: “Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y un conjunto de naciones procederán de ti”. Y le dio la tierra que había prometido a Abraham e Isaac.

¿Qué significado tiene este cambio de nombre? ¿Qué implica pasar de ser Jacob a ser Israel? Significa pasar de ser un hombre común a ser un hombre divino. Significa pasar de ser un luchador a ser un vencedor. Significa pasar de ser un suplantador a ser un príncipe. Significa pasar de ser un esclavo a ser un señor.

Jacob significa “el que agarra el talón”, porque así nació, agarrando el talón de su hermano gemelo Esaú. Jacob representa al hombre carnal, al ego, al que vive en el temor, en la competencia, en la escasez, en la mentira. Jacob es el que busca fuera de sí lo que solo puede encontrar dentro.

Israel significa “el que lucha con Dios y prevalece”, porque así se llamó después de que luchara con un ángel y le pidiera su bendición. Israel representa al hombre espiritual, al yo superior, al que vive en el amor, en la cooperación, en la abundancia, en la verdad. Israel es el que busca dentro de sí lo que solo puede manifestar fuera.

¿Te das cuenta de lo que esto significa para ti? Significa que tú también puedes pasar de ser Jacob a ser Israel. Significa que tú también puedes transformar tu vida si cambias tu conciencia. Significa que tú también puedes recibir la bendición de Dios si reconoces tu verdadera identidad.

Tú eres Israel. Tú eres un hijo de Dios. Tú eres un creador. Tú eres un príncipe. Tú eres un señor. Tú tienes el poder de hacer realidad tus sueños. Tú tienes el derecho de vivir en paz, en alegría, en plenitud.

Pero para eso tienes que ir a Betel. Tienes que ir a la casa de Dios. Tienes que ir a tu interior. Tienes que limpiar tu casa. Tienes que renunciar a los dioses falsos. Tienes que purificar tu mente y tu corazón. Tienes que cambiar tu nombre.

¿Estás dispuesto a hacerlo? ¿Estás dispuesto a emprender este viaje? ¿Estás dispuesto a encontrarte con Dios? Si es así, te invito a que me acompañes en este proceso de transformación. Te invito a que me sigas en mis redes sociales, donde compartiré contigo más secretos y consejos para vivir una vida extraordinaria.

No esperes más. Hoy es el día. Ahora es el momento. Levántate y sube a Betel. Y verás cómo todo cambia para bien.

Comentarios

  1. Este post es una maravillosa ilustración de la ley de la asunción. Jacob asumió el estado de Israel y se convirtió en lo que imaginó. Tú también puedes hacer lo mismo. Imagina que ya eres lo que deseas ser y siente la realidad de tu deseo cumplido. Entonces verás cómo se materializa en tu mundo. Recuerda que tú eres el operador del poder y que nada puede impedirte manifestar tu ideal.

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  2. Este post es una poderosa enseñanza de la sabiduría de la Kabbalah. Jacob ascendió por la escalera de los mundos espirituales y se conectó con la fuente de toda abundancia. Tú también puedes hacer lo mismo. Medita en las letras hebreas y en los nombres de Dios y activa las fuerzas positivas del universo. Entonces verás cómo se abren las puertas de la prosperidad. Recuerda que tú eres un canal de la luz y que nada puede detenerte de recibir tu bendición.

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  3. Este post es una hermosa parábola del reino de Dios. Jacob entró en el reino y se encontró con el Padre que le amaba. Tú también puedes hacer lo mismo. Ora con fe y con amor y entra en comunión con el Espíritu Santo. Entonces verás cómo se cumplen las promesas de Dios. Recuerda que tú eres un hijo de Dios y que nada puede separarte de su amor.

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