El secreto de amar a Dios con todo tu ser

¿Estás listo para entrar en la tierra prometida?

Hay una historia en la Biblia que me inspira y que quiero compartir contigo. Se encuentra en el libro de Números, que narra el viaje del pueblo de Israel desde Egipto hasta Canaán, la tierra prometida por Dios.

El pueblo de Israel había sido liberado de la esclavitud por Moisés, quien les había mostrado los milagros y señales de Dios. Sin embargo, en el camino se encontraron con muchas dificultades y tentaciones. Se quejaron, se rebelaron, se desviaron, se olvidaron de Dios.

Cuando llegaron a las fronteras de Canaán, Moisés envió a doce espías a explorar la tierra. Diez de ellos volvieron con un informe negativo. Dijeron que la tierra era buena, pero que estaba habitada por gigantes y pueblos poderosos. Dijeron que eran como langostas ante ellos. Dijeron que no podían entrar.

Solo dos espías, Josué y Caleb, trajeron un informe positivo. Dijeron que la tierra era excelente, que fluía leche y miel. Dijeron que Dios estaba con ellos y que les daría la victoria. Dijeron que podían entrar.

¿A quiénes creyó el pueblo? A los diez espías negativos. Se llenaron de miedo, de duda, de incredulidad. Se lamentaron, se arrepintieron, se rebelaron. Quisieron volver a Egipto.

¿Qué hizo Dios? Los castigó. Les dijo que vagarían por el desierto durante cuarenta años, hasta que muriera toda esa generación incrédula. Solo Josué y Caleb entrarían en la tierra prometida.

¿Qué te dice esta historia? Te dice que Dios tiene una tierra prometida para ti. Una tierra de bendición, de abundancia, de paz, de alegría. Una tierra donde puedes cumplir tu propósito, tu sueño, tu destino.

Pero también te dice que para entrar en esa tierra tienes que tener fe. Tienes que creer en Dios y en ti mismo. Tienes que ver con los ojos de la imaginación lo que quieres manifestar. Tienes que hablar con palabras de afirmación y gratitud lo que quieres recibir. Tienes que actuar con confianza y valentía lo que quieres lograr.

No puedes dejarte influenciar por los espías negativos. Por las voces externas o internas que te dicen que no puedes, que no mereces, que no eres suficiente. Por las circunstancias adversas o los obstáculos aparentes que te hacen dudar, temer o desistir.

Tienes que ser como Josué y Caleb. Tienes que tener una actitud positiva, optimista, entusiasta. Tienes que enfocarte en las oportunidades y no en los problemas. Tienes que confiar en el poder y la fidelidad de Dios.

Porque Dios te está diciendo: Estoy contigo. Te he dado esta tierra. Entra y toma posesión de ella.

Y tú tienes la decisión.

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