Cómo liberarte de tu propia esclavitud

¿Te sientes atrapado en una situación que no te gusta? ¿Sientes que no tienes el poder de cambiar tu realidad? ¿Crees que estás a merced de las circunstancias externas? Si es así, déjame decirte algo: tú eres el único responsable de tu propia esclavitud. Y también eres el único capaz de liberarte.

No estoy hablando de una esclavitud física, sino de una esclavitud mental y emocional. Una esclavitud que te impide vivir la vida que deseas, porque te has convencido de que no es posible, o de que no te lo mereces, o de que dependes de otros para conseguirlo.

Pero la verdad es que tú eres el creador de tu propia realidad. Tú eres el Moisés de tu propia historia. Tú tienes el poder de salir de tu Egipto personal y entrar en tu Tierra Prometida. ¿Cómo? Usando las herramientas que Dios te ha dado: tu imaginación y tu asunción.

La imaginación es el poder de Dios en acción. Con ella puedes crear cualquier cosa que quieras. Solo tienes que imaginar lo que deseas como si ya fuera hecho, con todos los detalles y sentimientos posibles. No importa si parece imposible o ilógico. Lo único que importa es tu fe.

La asunción es la certeza de que tu deseo ya está cumplido. Con ella puedes atraer cualquier cosa que quieras. Solo tienes que asumir que tu deseo ya es una realidad, y actuar y pensar de acuerdo a esa realidad. No importa si parece contradictorio o difícil. Lo único que importa es tu convicción.

Si usas estas dos herramientas correctamente, verás cómo se abren las aguas del Mar Rojo para ti, cómo se derrumban las murallas de Jericó ante ti, cómo se multiplican los panes y los peces para ti. Verás cómo se cumple la promesa de Dios para ti.

Pero para eso tienes que estar dispuesto a dejar atrás tu vieja mentalidad de esclavo. Tienes que renunciar a tus creencias limitantes, a tus miedos, a tus dudas, a tus excusas. Tienes que elegir ser libre.

La libertad es tu derecho divino. La libertad es tu verdadera naturaleza. La libertad es tu destino.

No esperes más. Libérate hoy mismo.