El secreto de amar a Dios con todo tu ser

¿Qué significa soñar con el sol, la luna y las estrellas?

¿Alguna vez has tenido un sueño tan vívido y simbólico que te ha dejado pensando en su significado? ¿Has sentido que tu sueño te revelaba algo importante sobre tu vida o tu destino? Si es así, no estás solo. Muchas personas a lo largo de la historia han experimentado sueños proféticos o inspiradores que les han ayudado a tomar decisiones, superar obstáculos o cumplir sus deseos.

Uno de esos soñadores fue José, el hijo preferido de Jacob, el patriarca bíblico. José tenía un don especial para interpretar los sueños, pero también tenía sus propios sueños que le mostraban su futuro. Un día, José tuvo un sueño que le contó a sus hermanos:

“He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y se mantenía enhiesto; y he aquí que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.” (Génesis 37:7)

Sus hermanos se enfadaron con él y le dijeron: “¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros?” (Génesis 37:8) Y le tuvieron más envidia.

Pero José no se detuvo ahí. Volvió a tener otro sueño y se lo contó a su padre y a sus hermanos:

“He aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.” (Génesis 37:9)

Su padre lo reprendió y le dijo: “¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?” (Génesis 37:10) Y sus hermanos le aborrecieron más aún.

Pero su padre guardó el asunto en su corazón. (Génesis 37:11)

¿Qué significaban estos sueños? ¿Eran solo fantasías de un joven arrogante o tenían un mensaje divino? ¿Cómo se cumplieron estos sueños en la vida de José?

Para entender el significado de los sueños de José, tenemos que entender el significado de los símbolos que aparecen en ellos. El sol, la luna y las estrellas son elementos celestes que representan la autoridad, el poder y la gloria. En la antigüedad, se creía que los astros influían en los destinos de los hombres y las naciones. Por eso, los reyes y los gobernantes se asociaban con el sol, la luna y las estrellas.

José soñó con el sol, la luna y las estrellas inclinándose ante él porque su sueño reflejaba su deseo más profundo: ser reconocido, admirado y respetado por su familia y por el mundo. Su sueño era una proyección de su imaginación creadora, que le mostraba lo que él quería ser y hacer.

Pero su sueño no era solo una ilusión. Era también una promesa. Una promesa de que su deseo se haría realidad si él persistía en él con fe y confianza. Una promesa de que Dios estaba con él y le daría todo lo que él anhelaba.

Los sueños de José se cumplieron de una manera sorprendente. Después de ser vendido por sus hermanos como esclavo, fue llevado a Egipto, donde pasó por muchas pruebas y tribulaciones. Pero gracias a su don para interpretar los sueños, logró ascender hasta convertirse en el segundo hombre más poderoso del imperio egipcio. Fue entonces cuando sus hermanos vinieron a Egipto a comprar trigo durante una hambruna y se postraron ante él sin reconocerlo. Así se cumplió el primer sueño de José.

Más tarde, José se dio a conocer a sus hermanos y los perdonó. Los invitó a vivir con él en Egipto junto con su padre Jacob. Cuando Jacob llegó a Egipto, bendijo a José y le dijo:

“Dios, en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, Dios que me ha sustentado desde que yo soy hasta este día, el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac; y crezcan para hacer multitud en medio de la tierra.” (Génesis 48:15-16)

Así se cumplió el segundo sueño de José. Su padre, su madre y sus hermanos se inclinaron ante él y lo honraron como el salvador de su familia y de su pueblo.

Los sueños de José nos enseñan una gran lección. Nos enseñan que nuestros sueños son el lenguaje de nuestro espíritu, que nos habla de nuestros deseos más profundos y de nuestro propósito en la vida. Nos enseñan que nuestros sueños son el medio por el cual podemos crear nuestra realidad, si los asumimos con fe y convicción. Nos enseñan que nuestros sueños son la forma en que Dios nos comunica su voluntad y su amor.

¿Y tú? ¿Qué sueñas? ¿Qué deseas? ¿Qué quieres ser y hacer? No te avergüences de tus sueños. No los reprimas ni los ignores. No los consideres imposibles ni inalcanzables. Al contrario, abrázalos con pasión y entusiasmo. Vívelos en tu imaginación como si fueran reales. Agradece por ellos como si ya se hubieran cumplido. Confía en que Dios está contigo y te dará todo lo que necesitas para realizarlos.

Recuerda las palabras de Jesús:

“Todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” (Marcos 11:24)

Y recuerda también las palabras de José:

“Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre… Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.” (Génesis 41:51-52)

Tus sueños son tu guía, tu inspiración y tu bendición. No los dejes morir. Hazlos vivir.

Comentarios

  1. Este post es una maravillosa ilustración de la ley de la asunción. José asumió el sentimiento de su deseo cumplido y lo mantuvo firme a pesar de las circunstancias adversas. Su sueño era una representación de su estado de conciencia, que se manifestó en el mundo externo. José era consciente de su identidad divina y de su poder creador. Nosotros también podemos hacer lo mismo si nos atrevemos a soñar y a creer.

    ResponderBorrar
  2. Este post es una poderosa enseñanza sobre el poder de los sueños y la conexión con la Luz. José soñó con el sol, la luna y las estrellas porque él era un canal para la energía cósmica que rige el universo. Su sueño era una señal de su misión espiritual y de su potencial ilimitado. José superó los desafíos y las pruebas con la ayuda de la Luz y se convirtió en un líder y un maestro. Nosotros también podemos hacer lo mismo si nos conectamos con la Luz y seguimos nuestra intuición.

    ResponderBorrar
  3. Este post es una hermosa parábola sobre el reino de Dios. José soñó con el sol, la luna y las estrellas porque él buscaba primero el reino de Dios y su justicia. Su sueño era una promesa de que todo lo demás le sería añadido. José perdonó a sus hermanos y los salvó del hambre con amor y compasión. Él era un hijo fiel de Dios y un hermano para todos. Nosotros también podemos hacer lo mismo si amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario