El secreto de amar a Dios con todo tu ser

El secreto de Enoc: cómo caminar con Dios y ser llevado al cielo

¿Te has preguntado alguna vez qué significa caminar con Dios? ¿Cómo se logra esa comunión tan íntima y profunda que te hace sentir su presencia en cada momento de tu vida? ¿Qué beneficios tiene para ti y para los demás seguir sus pasos y escuchar su voz?

Hay un personaje en la Biblia que nos da una pista de cómo hacerlo. Se trata de Enoc, el séptimo descendiente de Adán, el padre de todos los vivientes. La Biblia dice muy poco sobre él, pero lo que dice es suficiente para despertar nuestra curiosidad y admiración.

En el libro de Génesis, capítulo 5, versículos 21 al 24, leemos lo siguiente:

“Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.”

¿Qué significa que caminó Enoc con Dios? ¿Cómo lo hizo? ¿Qué pasó con él al final de sus días?

La respuesta a estas preguntas nos revela un secreto que puede transformar nuestra vida y nuestra relación con el Creador. Un secreto que tiene que ver con la imaginación, la fe y el amor.

Enoc caminó con Dios porque imaginó que lo hacía. Él usó su mente para crear una realidad en la que Dios era su compañero constante, su amigo fiel, su guía sabio. Él no se limitó a creer en Dios, sino que lo vivió en su interior. Él no se conformó con orar a Dios, sino que conversó con él. Él no se resignó a esperar a Dios, sino que lo buscó.

Enoc caminó con Dios porque tuvo fe en lo que imaginaba. Él no dudó de que su visión era verdadera, sino que la sostuvo con firmeza y confianza. Él no se dejó influir por las circunstancias externas, sino que las ignoró o las cambió con su poder mental. Él no se preocupó por el futuro, sino que lo creó con su palabra.

Enoc caminó con Dios porque amó a Dios sobre todas las cosas. Él no se apartó de sus mandamientos, sino que los cumplió con alegría y gratitud. Él no se rebeló contra su voluntad, sino que la aceptó con humildad y obediencia. Él no se enorgulleció de sí mismo, sino que se entregó a él.

Enoc caminó con Dios y fue llevado al cielo porque alcanzó la perfección espiritual. Él se convirtió en uno con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Él trascendió el mundo material y entró en el reino de los cielos. Él dejó de ser un hombre mortal y se hizo un ser inmortal.

¿Quieres seguir el ejemplo de Enoc? ¿Quieres caminar con Dios y ser llevado al cielo? Entonces empieza hoy mismo a usar tu imaginación para verlo a tu lado, a tener fe en lo que ves y a amarlo con todo tu corazón. Así podrás experimentar la paz, la alegría y la gloria que él tiene reservadas para ti.

Comentarios

  1. Gracias por compartir este hermoso mensaje sobre Enoc y su caminar con Dios. Me ha inspirado mucho a seguir sus pasos y a usar mi imaginación para crear la realidad que deseo. Estoy de acuerdo contigo en que la imaginación, la fe y el amor son las claves para entrar en el reino de los cielos. Creo que todos podemos ser como Enoc si nos lo proponemos y si nos conectamos con la fuente de todo bien. Que Dios te bendiga y te siga iluminando con su sabiduría.

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